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CAMBIO CULTURAL Y CONSTELACIONES DE NEGOCIO
¿Cuál es tu negocio/actividad?
Soy especialista en cambio cultural y transformación de negocio.
He trabajado en muchos sectores y lo que más me ha gustado siempre han sido las personas, por eso mi trayectoria profesional ha tenido 2 partes muy diferenciadas: en ventas y en recursos humanos. Primero recorrí durante 12 años el entorno comercial de soluciones tecnológicas y seguros, hasta que en plena crisis de 2010 descubrí una vocación tardía, me formé y viré el rumbo de mi carrera para dedicarme durante los siguientes 11 años (y bajo la marca “Quién Dijo Imposible”) a la consultoría de talento digital, formación, coaching y un proyecto integral como Chief Happiness Officer.
Considero que hoy en día mi mejor aportación al mundo es integrar todo lo que sé y todo lo que soy, compatibilizando mi actividad como consultora de cambio cultural, facilitadora de constelaciones de negocio y comunicadora motivacional. Actualmente, he creado el concepto “BenditoLunes”, para desafiar el mindset de muchas organizaciones y provocarles el impulso de adaptarse a los nuevos paradigmas empresariales.
“BenditoLunes” es una nueva forma de empezar la semana. Con otra energía, con alegría de vivir, sin ganas de acurrucarte bajo las mantas los lunes por la manñana. No va de asesoría, ni de consultoría, ni de show coaching. Va de personas, de cultura y de bienestar. El finde es sagrado pero, a partir de ahora, el lunes puede ser bendito
¿Cuándo lo iniciaste?
Lancé “BenditoLunes” en enero de 2020, en vísperas de un confinamiento casi mundial, cuando nadie creía que fuéramos a echar de menos los lunes como los conocíamos hasta entonces.
En julio de 2020, nada más desconfinarnos, publiqué mi primer libro, “Bendito Virus: diario de una pandemia”, reflexionando sobre los cambios sociales, económicos, culturales y humanos que nos ha traído esta pandemia y cómo hacer para trascenderlos. Ahora me doy cuenta de que esta faceta de escritora puede servirme para compartir toda mi experiencia, acompañando a otras personas para que, al igual que yo, encuentren su propio camino y sean más felices.
¿Por qué decidiste hacerte empresaria?
Sin duda lo que más me ha influido es proceder de una familia empresaria. Mi padre fundó la Cafetería Riofrio en Madrid un año antes de que yo naciera, con la precaria formación de aquella época, pero una gran dosis de olfato para los negocios y unas increíbles ganas de progresar. Así que yo crecí viéndole a él trasnochar y a mi madre apoyarle contra viento y marea, aunque eso significara que el ocio y el trabajo casi no se diferenciasen durante varias décadas. Me fui impregnando del esfuerzo y sacrificios que supone dirigir varias sociedades con casi 100 empleados, pero también me fui llenando de admiración e ilusión al ver cómo se podía crear un pequeño emporio partiendo tan sólo de una idea arriesgada, mucho tesón y una firme creencia de poder lograr el éxito.
Precisamente a ellos debo agradecerles las grandes oportunidades que me dieron de formarme y desarrollarme durante años y, sobre todo, los valores humanos que desde siempre me transmitieron. Esa es una de las principales ventajas que me ha permitido seguir adelante cuando las cosas no salían a mi gusto: sentir que tus raíces te sujetan al suelo mientras que tus alas te permiten volar.
Yo me formé en Empresariales, honestamente sin un propósito definido, aunque imagino que siguiendo en parte ese impulso de creación. En mi caso, decidí emprender porque soy de talante muy independiente y quería experimentar un nuevo modo de construir empresa, diferente al que había experimentado trabajando para terceros y aplicando todo lo que había aprendido en mi máster de coaching. El paradigma laboral ha cambiado mucho en estos 23 años y yo he dejado de creer en los modelos de puesto fijo y profesión para siempre, opino que la tendencia será cada vez más de intraemprendimiento, knowmads y gig economy. Espero poder contagiar de entusiasmo a quienes se crucen en mi camino.
¿Cuál ha sido la mayor dificultad que has encontrado?
En la época de “Quién Dijo Imposible”, los obstáculos principales fueron superar las trabas mentales de quienes pensaban que era una insensatez perder un empleo estable en mitad de una crisis, vencer mi propio miedo a la incertidumbre y arriesgarme a tener que empezar otra vez desde cero con casi 37 años. Y por supuesto, la preocupación por generar ingresos estables y la perseverancia de llamar a muchas puertas para sembrar y sembrar.
En este segundo round como “BenditoLunes”, el reto ha sido aceptar la adversidad de un imprevisto mundial, justo cuando acababa de reinventarme… y no rendirme, sino volver a hacerlo por enésima vez. Parece que tengo mucha puntería para lanzar cosas en las crisis, pero como dice una gran amiga, igual es que justo en esos momentos es cuando más falta hacemos los locos apasionados.
En estos últimos 11 años, me doy cuenta de que el principal desafío no es económico, sino yo misma. No despistarme ni perder el foco, optimizar mi gestión del tiempo, encontrar el frágil equilibrio entre la vida personal y la profesional, no rendirme ante cualquier adversidad, seguir creyendo en mí misma también en los días grises, tomarme menos en serio y enfocar la vida siempre con buen humor…
¿Y el mayor logro o satisfacción?
A título muy personal, confirmar que soy capaz de conseguir lo que me propongo, saber por fin reconocérmelo a mí, agradecérselo a todos mis maestros y darme permiso para celebrarlo.
Pero la principal alegría de todas ha sido descubrir lo enriquecedor que es conocer a otros seres humanos desplegando su universo interior. Es de lejos la profesión más gratificante que he tenido y me siento muy afortunada porque cada cliente que llega me regala un espejo en el que mirarme y aprender.
¿Qué le dirías a una mujer que se está planteando crear su propio negocio?
- Le diría que gestionar un negocio no es tarea fácil, pero que lo más importante es la actitud con la que enfrente esta vivencia. Mi convicción es que todos podemos generar valor en la sociedad, pero opino que no cualquiera es apto a priori para trabajar de manera autónoma, igual que no todo el mundo es bueno como jefe, o no todo el mundo ha nacido para ser empleado.
- ‘Empresa’ significa ‘aventura’ y para eso hay que contar con una serie de cualidades (algunas de serie y otras que podemos entrenar) y por encima de ellas, con mucha pasión por lo que se hace, porque al final el trabajo y la vida privada tienen una frontera muy sutil que es importante aprender a marcar. Es fundamental ser consciente de que como emprendedor normalmente se trabajan muchas más horas que por cuenta ajena y que por supuesto se corren muchos más riesgos. Por eso, es más fácil que compense si te encanta lo que haces.
- Le sugeriría que, a partir de su idea y su visión, se informe bien antes de ponerla en práctica, estudiando cuál es la necesidad real que soluciona su producto o servicio, la viabilidad de su modelo de negocio, cuál es su nicho de mercado y qué posibilidades le ve a su público objetivo, qué propuesta única de valor ofrecerá. A partir de ahí, un buen Business Plan completará los preparativos para empezar a ponerse en acción, especialmente usando métodos ‘agile’, para no perder el tiempo ni los demás recursos.
- En los tiempos actuales, emprender es una forma de autoempleo interesante, pero más allá, considero que nuestro “personal branding” debería convertirse en una filosofía de vida. Los sistemas tradicionales de empleo han cambiado y todos deberíamos ser emprendedores, en el sentido de iniciativa, de compromiso, de aportar valor a la compañía como si fuera nuestra. Creo que es la única vía para remar todos en la misma dirección y aprovechar las crisis (financieras, sanitarias o de valores) como la magnífica oportunidad de aprendizaje y de desarrollo que realmente son.
- Ante todo, a esa mujer valiente le recordaría que crea en su poder interior, que no tire la toalla al primer asalto, que se rodee de aliados y que escuche lo menos posible a quienes no favorezcan su proyecto; se puede ser realista desde un optimismo inteligente. Y que no tema nunca pedir ayuda: mostrar nuestra vulnerabilidad no es un signo de debilidad sino de fortaleza. Viene muy bien apoyarse de vez en cuando en otros profesionales que ya han andado esa ruta antes.
Cuéntanos un poco de tu negocio y datos de contacto (dirección postal, web, facebook …)
Soy una profesional independiente y desarrollo todos mis servicios desde la marca “BenditoLunes”, que me pareció un claim muy retador y que espero pueda inspirar a muchas compañías a cambiar de paradigma, tanto en el bienestar corporativo como en la transformación cultural y digital.
Me puedes encontrar en la bendita web y desde ahí llegar a mi blog actual (o al antiguo, con mucho material gratuito!) y a mi canal de YouTube, con directos llamados #pastillasrojas, conferencias disruptivas como esta, o eventos motivacionales, o tips sobre emprendimiento. También me descubrirás como “@BENDITOLUNEScom” en todas las redes sociales en las que comparto mi motivación y contenidos (Linkedin, Twitter, Facebook, Instagram, Womenalia y about.me)
¿Tienes algún nuevo proyecto empresarial en mente?, ¿Cuál?
En estos momentos y mientras se reanuda la actividad de consultoría, estoy apostando por las Constelaciones de Negocio como una forma de impulsar el cambio en las organizaciones, de manera muchísimo más rápida que la que se consigue con el coaching, la formación y todas las otras herramientas que he utilizado durante años.
Paralelamente, estoy a punto de publicar el siguiente libro de la trilogía “BenditoLunes”.