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La Menopausia
Son muchos los problemas de salud de las mujeres que se han atribuido a la aparición de la menopausia pero, probablemente, esta atribución tiene su origen en la asociación entre menopausia y vejez cuando la esperanza de vida era mucho menor. Actualmente, con el incremento de la esperanza de vida de las mujeres en nuestro medio, se ha modificado el concepto de vejez. Puesto que la menopausia se produce alrededor de los 50 años, un tercio de la vida de las mujeres va a transcurrir en la fase posterior a la misma. Los estudios epidemiológicos señalan que los problemas de salud que presentan las mujeres a partir de esta etapa de la vida tienen que ver más bien con el proceso de envejecimiento y no con los cambios hormonales.
¿En qué consiste la menopausia?
¿En qué consiste la menopausia?
La menopausia es un acontecimiento que marca el inicio de una nueva etapa evolutiva en la vida de las mujeres que se caracteriza por cambios fisiológicos en los niveles de ciertas hormonas, en concreto de los estrógenos. Se produce entre los 45 y los 55 años (como media alrededor de los 50 años) y su diagnóstico es posterior, es decir, después de 12 meses sin menstruación.
¿Cómo se manifiesta?
Previamente a la desaparición definitiva de la menstruación se pueden producir algunos cambios en el ciclo menstrual como consecuencia de las fluctuaciones de los niveles hormonales: acortamiento, alargamiento, hemorragias o amenorrea (ausencia de regla).
No todas las mujeres presentan síntomas mientras se adaptan a la nueva situación hormonal y cuando aparecen lo hacen por un periodo de tiempo limitado, aunque variable para cada mujer. La variabilidad de la sintomatología es muy grande, pudiendo oscilar desde la impercepción hasta manifestaciones floridas y molestas: síntomas vasomotores, irritabilidad, insomnio, sequedad vaginal, diarreas, meteorismo.
¿Todos estos cambios y molestias son debidos a la menopausia?
Con frecuencia se atribuyen a los cambios hormonales una gran cantidad de síntomas físicos y psíquicos que comienzan a presentar las mujeres en esta nueva etapa de la vida que podríamos llamar de “madurez”. Sin embargo, sólo la desaparición de la menstruación y la modificación de los niveles de estrógenos son características universales.
Únicamente los síntomas vasomotores y la atrofia vaginal podrían explicarse por la modificación de los niveles hormonales y son los únicos que se corrigen con la administración de estrógenos exógenos. No hay evidencia científica de que el resto de la sintomatología que las mujeres puedan presentar coincidiendo con la menopausia se deba exclusivamente al descenso de los estrógenos.
¿Qué factores sociales y culturales pueden ser responsables de la aparición de síntomas en la mujer madura?
Como se ha dicho anteriormente, los factores que pueden influir en la aparición de síntomas están relacionados sobre todo con el envejecimiento. Es preciso considerar que este proceso está influido no sólo por factores puramente biológicos, sino que actúan a la vez que otros de orden social y cultural.
En las sociedades occidentales existen estereotipos culturales que relacionan la menopausia con el final de la vida reproductiva, con la pérdida de la feminidad y de belleza física asociada a la juventud. Así mismo, concepciones procedentes del modelo biomédico proporcionan una visión negativa y patológica asociada al riesgo de enfermedad, a la pérdida de capacidades para la vida y al envejecimiento.
Todo ello contribuye a una representación social negativa de la menopausia que se asocia a pensamientos negativos de soledad, dependencia, necesidad de cuidados y sentimientos de pérdida generalizada.
Como se ha dicho anteriormente, los factores que pueden influir en la aparición de síntomas están relacionados sobre todo con el envejecimiento. Es preciso considerar que este proceso está influido no sólo por factores puramente biológicos, sino que actúan a la vez que otros de orden social y cultural.
En las sociedades occidentales existen estereotipos culturales que relacionan la menopausia con el final de la vida reproductiva, con la pérdida de la feminidad y de belleza física asociada a la juventud. Así mismo, concepciones procedentes del modelo biomédico proporcionan una visión negativa y patológica asociada al riesgo de enfermedad, a la pérdida de capacidades para la vida y al envejecimiento.
Todo ello contribuye a una representación social negativa de la menopausia que se asocia a pensamientos negativos de soledad, dependencia, necesidad de cuidados y sentimientos de pérdida generalizada.
Adicionalmente, existen factores sociales relativos a la experiencia vital de cada mujer y exigirá analizar los cambios en los roles sociales, las relaciones, las responsabilidades y las expectativas de vida.
¿La menopausia afecta de algún modo a la sexualidad?
En relación con la sexualidad, no tiene por qué verse afectada. Para muchas mujeres no hay cambios y quienes tuvieron relaciones sexuales satisfactorias las mantienen. Algunas mujeres manifiestan una disminución del deseo sexual. En ello puede influir la percepción de la mujer que cree que ha perdido el atractivo sexual, las molestias durante el coito por la sequedad vaginal o la falta de interés por su pareja lo que las induce a pensar que ya no puede disfrutar de la actividad sexual.
También se pueden producir cambios en sentido opuesto, pues la desaparición del riesgo de embarazo libera a ciertas mujeres de temores y les permite disfrutar con tranquilidad de las relaciones sexuales aumentando su deseo sexual. Es preciso reseñar, en relación al mantenimiento de relaciones sexuales, que durante el periodo de irregularidades menstruales producidas por los cambios hormonales existe riesgo de embarazo y que éste no desaparece hasta pasados 12 meses desde la última regla o seis si la mujer tiene más de 50 años, es decir hasta que se confirma la menopausia.
¿Es necesario el tratamiento médico de la menopausia?
Como hemos expresado previamente la menopausia es un acontecimiento fisiológico y no una enfermedad, por lo que en principio no requiere de una intervención médica. Sin embargo, la creencia de que la Terapia Hormonal Sustitutiva o sus alternativas terapéuticas eran inocuas y protegían de otras enfermedades crónicas ha generado una gran presión social en torno al tema y ha llevado al tratamiento farmacológico generalizado de las mujeres, hecho que ha dado en llamarse la “medicalización” de la menopausia.
La utilización de la Terapia Hormonal Sustitutiva ha sido generalizada hasta que las autoridades sanitarias recomendaron la restricción de sus indicaciones terapéuticas debido a sus graves efectos secundarios.
En los últimos años, algunos estudios han puesto de manifiesto ciertos problemas de seguridad con el tratamiento hormonal a medio y largo plazo, por lo que es preciso hacer una valoración individual de cada mujer, considerando los posibles riesgos y administrando este tratamiento durante cortos periodos de tiempo y únicamente cuando exista un balance positivo entre el beneficio y el riesgo.
Como hemos expresado previamente la menopausia es un acontecimiento fisiológico y no una enfermedad, por lo que en principio no requiere de una intervención médica. Sin embargo, la creencia de que la Terapia Hormonal Sustitutiva o sus alternativas terapéuticas eran inocuas y protegían de otras enfermedades crónicas ha generado una gran presión social en torno al tema y ha llevado al tratamiento farmacológico generalizado de las mujeres, hecho que ha dado en llamarse la “medicalización” de la menopausia.
La utilización de la Terapia Hormonal Sustitutiva ha sido generalizada hasta que las autoridades sanitarias recomendaron la restricción de sus indicaciones terapéuticas debido a sus graves efectos secundarios.
En los últimos años, algunos estudios han puesto de manifiesto ciertos problemas de seguridad con el tratamiento hormonal a medio y largo plazo, por lo que es preciso hacer una valoración individual de cada mujer, considerando los posibles riesgos y administrando este tratamiento durante cortos periodos de tiempo y únicamente cuando exista un balance positivo entre el beneficio y el riesgo.
¿Qué podemos hacer para mejorar la calidad de vida de las mujeres en esta fase de su vida?
Para mejorar la calida de vida de las mujeres durante y después de la menopausia es preciso considerar los factores sociales y culturales que actúan como determinantes e intervenir sobre ellos. Tales factores cambian a lo largo de la historia y por lo tanto, aquellos acontecimientos en los que influyen pueden también ser modificados. Esta premisa hace de la menopausia un concepto dinámico que varía en función de esos factores socioculturales que la condicionan. Así pues, la ruptura de los estereotipos dominantes sobre la belleza femenina, el rol reproductivo de las mujeres, la sublimación de la maternidad y la revalorización de la mujer o el aprecio de su sabiduría en esta etapa de la vida contribuirán a modificar
las representaciones sociales sobre la menopausia y la mujer madura.
El sistema sanitario y los profesionales de la salud han de aproximarse a esta dimensión sociocultural de la menopausia ya que esto puede ayudar en la planificación de las intervenciones para que resulten más efectivas. Así mismo las mujeres deben interiorizar este nuevo enfoque de la menopausia que depende más de intervenciones de promoción de la salud que de medicina asistencial.
Para mejorar la calida de vida de las mujeres durante y después de la menopausia es preciso considerar los factores sociales y culturales que actúan como determinantes e intervenir sobre ellos. Tales factores cambian a lo largo de la historia y por lo tanto, aquellos acontecimientos en los que influyen pueden también ser modificados. Esta premisa hace de la menopausia un concepto dinámico que varía en función de esos factores socioculturales que la condicionan. Así pues, la ruptura de los estereotipos dominantes sobre la belleza femenina, el rol reproductivo de las mujeres, la sublimación de la maternidad y la revalorización de la mujer o el aprecio de su sabiduría en esta etapa de la vida contribuirán a modificar
las representaciones sociales sobre la menopausia y la mujer madura.
El sistema sanitario y los profesionales de la salud han de aproximarse a esta dimensión sociocultural de la menopausia ya que esto puede ayudar en la planificación de las intervenciones para que resulten más efectivas. Así mismo las mujeres deben interiorizar este nuevo enfoque de la menopausia que depende más de intervenciones de promoción de la salud que de medicina asistencial.